2015

Día del Investigador Científico, 10 de abril

Por el Dr. Pablo Collins, Director del INALI, en representación del Consejo Directivo del CONICET Santa Fe.


Foto: CONICET Santa Fe

 

La curiosidad fue algo que primitivamente al hombre lo introdujo en la búsqueda del conocimiento, del saber de las cosas que pasaban a su alrededor y del manejo de la Naturaleza para su aprovechamiento. Podemos decir que, desde que fue Homo sapiens, ha tenido un poco de investigador en su ser. Esto derivó en constantes interrogantes hacia la búsqueda del saber, algo de fantasía, algo de realidad, algo de idealismo y algo de materialismo … lo propio del hombre.

Hoy se recuerda especialmente al investigador, y esto se realiza en honor al natalicio del Dr. Bernardo Alberto Houssay, quien nació hace 128 años. Este personaje de nuestro acervo argentino debe de haber sido inquieto y curioso en su niñez, con metas propias y entusiasmo para alcanzarlas. Por eso se recibió de Bachiller a los 13 años, se graduó de Farmacéutico a los 17,  y de Médico a los 23. Desde temprana edad tuvo la capacidad de ser  un gran “Maestro” y por ello fundó una serie de institutos relacionados con la ciencia. Además, impulsó la creación del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) del que fue su primer presidente. Sus logros han sido muchos, desde premios como el Nobel por sus investigaciones en Fisiología, hasta un número inimaginable de trabajos científicos. Entre los gloriosos frutos alcanzados también debemos mencionar las centenas de investigadores que dirigió, pero lo más importante fue el establecimiento de las pautas, lineamientos, metas, misiones, o como se quiera decir, de la institución por excelencia que realiza investigaciones en Argentina: el CONICET.

Quizás nos preguntamos, ¿qué es ser investigador..? Podemos partir de su etimología, del latín investigātor -ōris, palabra que hace referencia a la indagación, al estudio. Sin embargo, el significado que la sociedad tiene y ha instalado en su vida es mucho más amplio, y atañe a conceptos dedicados a la educación. El término apareció como una palabra que se relaciona con los inventos y los conocimientos realizados a partir de experiencias que llevaban ensayos y error. En tanto, en el siglo XVII, Bacon impulsó y concientizó el interés económico y político de la investigación organizada y sistematizada. Pero esto no solo ocurrió en el mundo occidental sino también en el medio y lejano oriente, así como entre aquellos americanos nativos y los pobladores de Oceanía que realizaban en tiempos remotos sus experiencias para obtener conocimientos de la naturaleza y la astrofísica, una mezcla de intereses económicos, militares, políticos, culturales y religiosos.

Ahora bien, un investigador, ¿quién es?, ¿no tenemos todos un poco de investigador? Acaso, ¿no tratamos de husmear y satisfacer nuestra curiosidad..? Esto está en el alma intrínseca de toda persona, en la comunidad. Todos buscamos descubrir, conocer. El saber debe compartirse con la sociedad, o por lo menos debería intentarse… Esto implica también un concepto de ética, honor y confianza que deja de lado las iniquidades e inequidades de las personas para alcanzar y brindar el conocimiento obtenido. Lo anterior requiere ciertos actos que deben objetivamente corresponder al saber, por lo que el investigador debe despojarse de toda subjetividad que tienda a torcer opiniones. Por ello es importante remarcar la necesidad de ser Maestro, la humildad, el reconocimiento del saber del otro que todo investigador debe tener. No hay investigador más grande que aquel que, además, es un gran “Maestro”.

Hoy debemos entender que la ciencia no es del hombre ni de la mujer sino de la humanidad; que la ciencia no es básica ni aplicada sino que depende de los objetivos del estudio y de cómo éste puede ser utilizado por la sociedad.

La ciencia es la humanidad, pero en esta oportunidad saludamos especialmente a todos los agentes del CONICET que trabajan en Institutos o Facultades y participan cotidianamente en la vida de nuestra ciudad. Además, es necesario ampliar el saludo a todos los investigadores e investigadoras que se desempeñan en el marco de las universidades e instituciones nacionales y privadas que hacen de su vida una búsqueda del conocimiento. Cada uno de nosotros nos debemos más que nunca al resto de la sociedad que con sus ansias de sapiencia nos pide que redoblemos nuestros esfuerzos para llevar a nuestra Patria a un estado de equilibrio en los saberes, a un incremento en la producción de conocimientos que nos permita henchirnos de orgullo por la tierra en que vivimos y por la gente con la que compartimos nuestros días. A todos, feliz día.