IMAL

Clementina y Pirayú, homenaje del CONICET Santa Fe a Manuel Sadosky

Por el Dr. Hugo Aimar, matemático santafesino, investigador principal del IMAL (CONICET-UNL) y profesor titular FIQ-UNL.


Foto: Sadosky en el Instituto de Cálculo trabajando con la computadora Clementina junto a su colega Juan C. Angio. Foto: Gentileza Agencia CTyS.

El Consejo Directivo del CONICET Santa Fe aprobó, en marzo de 2015, nombrar Dr. Manuel Sadosky a la calle interna del Predio CONICET “Dr. Alberto Cassano” que constituye su límite norte y es paralela a la Avenida Costanera Norte Presidente Néstor Kirchner. Frente a esa calle se halla el CIMEC (Centro de Investigación de Métodos Computacionales), instituto en el que “Pirayú” se pondrá a funcionar dentro de poco tiempo.

Pirayú (en guaraní significa dorado o "pez sol") es el nombre con el que la comunidad científica local “bautizó” el clúster de procesadores (computadoras) cuyas capacidades básicas son las siguientes: 560 GBytes = 560.000.000 KBytes de memoria y 72.4 TFLOPs = 72.400.000.000 KFLOPs de velocidad.

Clementina es el nombre de la primera computadora en la Argentina que, en los años sesenta del siglo pasado estaba funcionando en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires. Manuel Sadosky fue, precisamente, el pionero de la informática en la Argentina y quien puso todos sus esfuerzos en generar este primer recurso tecnológico. Clementina ya estaba trabajando para Yacimientos Petrolíferos Fiscales y otros emprendimientos enrolados en actividades de Ciencia y Tecnología (CyT) soberanas, cuando el 29 de julio de 1966, un mes después del derrocamiento del Presidente Constitucional Arturo Illia por los militares que comandaba Onganía, la Noche de los Bastones Largos aniquiló los proyectos y toda perspectiva de futuro para una CyT comprometida con desarrollos independientes, con la infame metáfora de partir a bastonazos las cabezas de los pensadores.

Clementina tenía las siguientes características básicas: 5 Kbytes de memoria y 5.6 KFLOPs de velocidad. Comparada con Pirayú, podemos decir que en cincuenta años hemos crecido en la tecnología informática más de cien millones de veces.

Tal vez, ese mismo crecimiento tecnológico se refleje también en las tecnologías necesarias para construir un bastón de madera, comparadas con las necesarias para hacer una pistola taser. Lo que parece estar claro es que no hemos crecido correlativamente en concepciones que privilegien la vida, valoren el pensamiento, respeten la diversidad y, desde el punto de vista político, tengan a la soberanía como eje. Recuperamos el pavor cuando las imágenes de los actos militares oficiales asociados a las ceremonias de la conmemoración de la Independencia nos mostraron las caras temibles de los frustrados golpistas de los años 80 en vehículos oficiales del Ejército.

Pirayú, adquirido con fondos de la Provincia de Santa Fe, se alojará en el CIMEC, en el último de los edificios construidos con el Plan Federal de Infraestructura  III inaugurado en septiembre de 2015.

Haber dispuesto el nombre del Dr. Manuel Sadosky para una de las calles del Predio CONICET “Dr. Alberto Cassano” contribuirá a mantener en nuestra memoria colectiva la ejemplar obra de Sadosky y la infamia que no deberá repetirse.

Por el Dr. Hugo Aimar, matemático santafesino, investigador principal del IMAL (CONICET-UNL) y profesor titular FIQ-UNL.