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Mono bien comido tiene menos parásitos

Los investigadores analizaron cambios en el estado de salud en respuesta a la alimentación de monos caí del Parque Nacional Iguazú.


El estudio sobre estado nutricional y parasitosis fue realizado en monos caí del Parque Nacional Iguazú. FOTO: Gentileza Romina Pfoh.

 

Un nuevo estudio de investigadores del CONICET comprobó que el estado nutricional afecta las dinámicas de los parásitos en los monos caí (Sapajus nigritus). Los resultados del trabajo, que fue publicado hoy en la revista Scientific Reports, constituyen la primera demostración experimental de la relación causa-efecto entre estos factores en un primate.

Si bien existen antecedentes de estudios epidemiológicos que muestran que personas mal alimentadas son más propensas a padecer enfermedades parasitarias, no había evidencia que demuestre que la nutrición pobre afecta el riesgo de infección, ya sea en humanos o en cualquier otro primate. La investigación fue desarrollada por un grupo interdisciplinario de biólogos y veterinarios de las provincias de Misiones y Santa Fe.

Entender la interacción entre nutrición y parasitismo es de crucial importancia para comprender los fenómenos de salud y enfermedad, como así también para predecir las variaciones en la frecuencia y el impacto en distintos grupos. Este conocimiento, explican los investigadores, es vital para la salud de seres humanos, de animales domésticos y también para la conservación de poblaciones silvestres.

“Este estudio fue el primero en investigar experimentalmente las interacción entre la nutrición y el parasitismo en una especie cercana al hombre” destaca la investigadora asistente del Instituto de Biología Subtropical (IBS, CONICET – UNaM), Ilaria Agostini. Una de las variables que afecta esta relación, explica, es la disponibilidad de alimento, ya que cuando disminuye los animales podrían tener que enfrentar cambios en sus demandas fisiológicas, que repercuten en sus defensas inmunológicas y en su susceptibilidad hacia las enfermedades.

Por otro lado, los parásitos son otros actores fundamentales en estas dinámicas, pudiendo afectar a la salud de los animales estudiados. Sin embargo, los resultados de este estudio confirmaron que cuando existen buenas condiciones nutricionales, el hospedador puede ser capaz de contrarrestar las infecciones parasitarias, así como también sus daños, como resultado de una robusta defensa inmunológica.

Estos efectos recíprocos entre la condición física de un individuo y el grado de infección parasitaria pueden desatar un “círculo vicioso”, en el que la salud del hospedador se deteriora cada vez más, aumentando las probabilidades de infecciones severas y pudiendo desencadenar en la muerte del individuo. “Nuestros resultados apoyan esta hipótesis, que hasta hoy ha sido escasamente demostrada. Un aumento en la provisión de alimentos contribuyó a disminuir hasta la mitad el riesgo de infección por dos de los parásitos gastrointestinales más comunes en estos monos.”, indica Agostini.

Otra parte del estudio pretendió demostrar que los parásitos afectan la condición corporal de los monos. “Aunque el antiparasitario fue eficaz para reducir la cantidad y diversidad de parásitos, no encontramos que esta disminución tenga un efecto en las condiciones físicas de los monos caí en nuestro estudio”, explica otro de los autores del estudio, el investigador principal del CONICET y director del IBS, Mario Di Bitetti.

Dado el estrecho parentesco con los humanos, las poblaciones silvestres de primates no-humanos proporcionan un modelo ideal para entender la interacción entre nutrición y parásitos, permitiendo comprender el impacto que tienen los patógenos sobre las poblaciones humanas. “Este tipo de dinámica podría tener efectos catastróficos en una población, por lo cual es tan importante entender estos mecanismos a los fines de conservar especies amenazadas”, agrega Agostini.

“En el futuro, debería haber mayores esfuerzos para evaluar estas relaciones bajo condiciones naturales de limitación de alimento o infección parasitaria más severas para poder obtener evidencias completas de los efectos sinérgicos de la disponibilidad de alimento y el parasitismo en los primates no-humanos”, finaliza el investigador independiente del CONICET en el Instituto de Ciencias Veterinarias del Litoral (ICIVET, CONICET – UNL), Pablo Beldomenico.


Investigadores
Ilaria Agostini. Investigadora asistente. IBS (CONICET-UNaM).
Pablo Beldomenico. Investigador independiente. ICIVET Litoral (CONICET-UNL).
Ezequiel Vanderhoeven. Becario doctoral. INMeTMario Di Bitetti. Investigador principal. IBS (CONICET-UNaM).


Gentileza: Comunicación Institucional CONICET NORDESTE